Las Negociaciones Comerciales hoy en día son un Secreto de Estado
A
fines del año pasado Editorial LOM, publicó "Globalización,
Seattle y Estrategias Ciudadanas", libro donde se recogen diferentes
visiones de la globalización mundial, a partir de Seattle. Contó
con la participación, como compiladora, de Coral Pey, miembro de
ACJR (Alianza Chilena por un Comercio Justo y Responsable).
Coral, más allá de sus argumentos
académicos (periodista, traductora, con un mágister en literatura
y actualmente está estudiando un diplomado en relaciones Internacionales),
es una mujer comprometida con la causa de develar la maquinaria interna
que se esconde en los "Tratados Económicos". Tal vez por su formación
política "Yo vengo de una generación que ingresó a
la política muy temprano, yo fui militante del MIR por aproximadamente
10 años; posteriormente trabajé en el campo de DD.HH y después
entendí que el campo de DD.HH es más vasto, que el tema de
derechos civiles y políticos, incluye el derecho a la vida, tiene
que ver con los derechos económicos y sociales". Con esta mujer
que desborda energía, nos juntamos a conversar en una fría
mañana de invierno, en su oficina del barrio Ñuñoa.
¿Qué es ACJR?
La Alianza Chilena por un comercio Justo y Responsable,
es una articulación de académicos, activistas y educadores
populares. Participan en ella el Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo
Alternativo (CENDA), Instituto de Ecología Política (IEP),
el Consejo Nacional de Consumidores y Usuarios, la Plataforma Interamericana
de Derechos Humanos, el Grupo de Estudios agrarios y otros; los que tienen
que ver con redes de organizaciones, con ONGs, con organizaciones sociales
y con personas.
Hoy en día se habla mucho de redes,
¿qué es una red?
Es un espacio horizontal donde confluyen diferentes
organizaciones. Es una organización de las llamadas de segundo tipo,
donde además de las personas concurren organizaciones que están
ya trabajando sobre algún tema y en su propio espacio. Por lo tanto
el impacto que va a generar supuestamente esta red, va a ser mayor que
una organización donde se concurre directamente como persona. De
esto hay muchos elementos que se pueden cuestionar, qué tan institucional
es la concurrencia.
Qué tan representativa...
Correcto, pero teóricamente sería
esto. Lo principal sería esperar que este tipo de organizaciones
tuvieran una democracia interna de participación y de inserción
real con la población.
¿Las Organizaciones que están
en ACJR, obedecen a este principio?
Yo diría que la mayoría de las organizaciones
que están en la alianza lo tienen, además de tener un perfil
y una presencia bastante activa; por ejemplo en los medios de comunicación;
como los ambientalistas, los que trabajan en los derechos del consumidor.
Ahora estamos trabajando en género y comercio, que si bien es una
red que está integrada mayoritariamente por mujeres, también
es un espacio mixto. Entonces se toca desde las distintas instituciones
que son ambientalistas, asociación de consumidores, que son economistas,
que son de mujeres; hay un interés por trabajar su temática
específica en relación al comercio, en relación a
la globalización
Resistencia y Participación.
¿Por qué un comercio Justo?
Nosotros buscamos en primer lugar la democratización
de las negociaciones comerciales. Las negociaciones comerciales hoy en
día son un secreto de Estado, y tienen un profundo sesgo autoritario.
Hoy las negociaciones comerciales están manejada por una agenda
oficial y empresarial. Una de las muestras más visibles fue la delegación
que fue a Estados Unidos para hacer loby por el TLC bilateral, desde Piñera,
hasta el Ministro de Economía...
Además de Parlamentarios...
Sí, pero un Parlamento bastante clientelista,
donde por ejemplo está Juan Pablo Letelier. En síntesis,
ellos son los que están autorizados a debatir y a proponer sobre
estos temas. Hay una vasta gama de la población que está
segregada de esta discusión; por eso nuestro lema es resistencia
y participación. Nosotros estamos en una posición de absoluta
crítica sobre cómo en Chile se ha ido implementando los tratados
de libre comercio y la globalización financiera; en términos
de la desrregulación de capitales, en términos de negociar
las distintas áreas que cubre un acuerdo, por el principio de trato
nacional.
Perdona, ¿a tu juicio existe una malformación
de forma o de fondo? ¿En tu impresión los acuerdos que se
están tomando no llevarían a tener un buen efecto en la política
socioeconómica del país, por cómo se está negociando
ó por el tratado en sí?
Yo creo que el tema de la participación es
también un tema de fondo, pero además de eso, además
del déficit democrático, exactamente ocurre eso, es decir,
todos los acuerdos de libre comercio que Chile ha firmado con los países
inter regionales, y más allá de la región, han producido
déficit comercial, han producido mayor desempleo, lo que estamos
viendo actualmente en Telefónica. Pero también ha producido
otros impactos, el impacto en los recursos naturales, una sobre explotación
de ellos lo que se ve en la minería, lo que ha producido una baja
en el precio del cobre a nivel mundial, una precarización del empleo,
fuertes daños en la agricultura a nivel de suelos, pero también
a nivel de empleos donde la agricultura tradicional no puede competir con
la agricultura de exportación. Entonces, nuestra economía,
está obligada a reconvertirse de una forma bastante forzosa para
competir en el mercado externo. Por otra parte, en los sectores de agro
exportación, los trabajadores y trabajadoras se ven expuestos al
uso de los pesticidas, a nivel salarial, en fin, todos los derechos que
se están agrediendo día a día, como el caso de las
temporeras.
¿Estás hablando de la precariedad
del empleo?
Efectivamente, yo creo que aquí ha habido
un impacto sobre un empleo precario, además del desempleo, además
de los recursos naturales, además del medio ambiente y además
a nivel de los consumidores, una suerte de incentivación de patrones
culturales foráneos
Chile no está preparado
a nivel nacional
para suscribir un tratado de
libre comercio
¿Qué línea de trabajo
proponen Uds.?
Una de las líneas tiene que ver con la democratización
de las negociaciones. En ese sentido nosotros estamos haciendo una propuesta
que tiene que ver con el Foro Social de Integración; eso significa,
por una parte, una suerte de agenda social. Que los distintos sectores
organizados, activos y preocupados de estos temas...
¿No necesariamente académicos
y ONGs?
No necesariamente... pero también. Aquí
no se trata de segregar lo académico, yo creo que la academia tiene
un peso, no es lo único pero indudablemente tiene un peso que en
general ha sido bastante autista, se trata que no lo siga siendo. Pero,
además tiene que ver cómo nosotros nos organizamos con sindicatos,
con diversos tipos de organizaciones para hacer una propuesta técnico
social. Queremos apoyar a las organizaciones y en general a la sociedad
civil, para que este tema lo integren dentro de su agenda. Por otra parte,
a nivel de los negociadores hay una suerte de interpelación permanente,
para plantear que los compromisos que Chile adquiera, tienen que ser definidos
por un sector mayoritario, si bien no por todo Chile completo, sin que
haya mayor participación...
¿Hablas de un plebiscito...?
Yo no soy de la vertiente que todo se soluciona
con paros nacionales y plebiscito, hay algunas orgánicas que plantean
eso frente a todo tipo cosas. Yo creo que si hoy se hace un plebiscito
lo perdemos. Nosotros hemos estado implementando consultas, o sea, como
la gente tiene que pronunciarse frente a esto. Hay un trabajo hacia los
sectores no gubernamentales, hacia el gobierno... específicamente
hacia la Cancillería.
Pero, ¿cómo podría pronunciarse
la sociedad civil o pedir mayores antecedentes sobre TLC bilateral?
Yo creo que hay diferentes maneras, por ejemplo,
nosotros estamos con un material de discusión bastante amplio. Hay
más organizaciones sociales que las que uno cree que están
conectadas a Internet, ese es un punto clave. Además estamos trabajando
en capacitación, haciendo charlas, talleres. Ante cualquier cita
oficial, nosotros hacemos encuentros antes y después; intentando,
con bastante éxito que a nivel oficial se vaya a informar sobre
lo que va a ser esa cita y cuál va a ser la posición del
gobierno. Eso lo hemos hecho frente a la reunión del MERCOSUR, que
fue intervenida vía Chile; a la reunión de OMC, a la cumbre
de jefes de Estado de Quebec. De hecho nosotros fuimos los organizadores
locales de la Cumbre de Los Pueblos, de donde vinieron más de mil
delegados de todos los países de América. Desde ahí
se formó una suerte de coalición intersectorial de organizaciones
importantes de Latinoamérica. Nosotros somos los representantes
en Chile de la Alianza Social Continental.
Otro tema, además de la democratización
son las regulaciones. ¿Qué son los TLC? No son más
que regulaciones impuestas por las multinacionales, vía la OMC.
Esas regulaciones exigen una profunda desregulación de las diferentes
áreas; entonces, aquí hay un tema que es transversal y que
no está presente en la agenda.
¿Qué tipo de regulaciones?
Las regulaciones del empleo, mediante la aplicación
de los convenios de la OIT. Estos no serán los más fantásticos
del mundo, pero sí sería un avance importante. Las convenciones
ambientales que se han planteado a nivel de las Naciones Unidas; estas
cláusulas, si bien no son ideales, pero sería un avance,
dentro de lo que es el debate y la suscripción de estos tratados;
la cláusula democrática y el tema de participación.
Cuando se abren canales institucionales de participación,
que en algunos casos sí existen, como el caso del MERCOSUR, donde
existe un consejo económico, existen comités consultivos.
De lo que se trata es de tomar elementos que ya existen para ponerlos en
otros que son absolutamente comerciales.
En lo referente a los tratados de la OIT, en
la CUT, se maneja la tesis que jamás va existir un TLC, por que
habría que poner en vigencia los tratados internacionales, que son
absolutamente contrarios a lo que se encuentre en el debate parlamentario.
¿Tú crees que es un requisito sine cuanon, para que se firme
un tratado, el hecho que respeten esos derechos, tanto laborales (OIT)
o de medio ambiente (ONU)?
Yo creo que no se puede decir que no va a pasar
nada, por que ya ha pasado. Nosotros tenemos un tratado de comercio Chile-Canadá;
o sea, hay tratado de comercio con todos los países que han querido
suscribirlo... donde Chile ha tenido una postura bastante incondicional.
Por lo tanto, decir que no va a pasar nada es una situación bastante
equívoca. Ahora, creo que sí tienen que plantearse condicionantes
y éstas tienen que ver con que Chile no está preparado a
nivel nacional para suscribir un tratado de Libre Comercio.
¿Por qué?
Primero, por que nuestra economía en relación
con USA es totalmente asimétrica, reviste grandes desigualdades.
Por que nosotros, desde comienzos de siglo hemos sido productores y exportadores
de materias primas, hay una situación distinta de ellos que exportan
productos altamente elaborados, que tiene que ver con una producción
industrial distinta a la que nosotros tenemos. La segundo, la situación
jurídica, los TLC tiene que ver con aspectos económicos jurídicos.
El marco regulatorio que tiene USA, no se puede comparar con el marco regulatorio
que tiene Chile.
¿Eso, en la práctica qué
significa?
Eso significa que para que nosotros no tengamos
que perder como en la guerra, como ha sido en todos los otros convenios
que Chile ha suscrito, debería haber una suerte de condicionantes
o regulaciones que deberían plantearse a nivel nacional, como previa
suscripción a cualquier convenio y que tiene que ver con los convenios
de la OIT, la discriminación a la mujer,
Para que quede claro, ¿estas regulaciones
deberían haberla, pero no son una condición para que se firme
el tratado?
O sea, tal como se está negociando, no es
condicionante. Estas deberían ser condicionantes, deberían
exigirlas las organizaciones y que el gobierno debería aceptar.
Pero frente a estos tratados, en Chile más allá de una oposición
absolutamente a ultranza de algunos, donde la agenda no-oficial con una
agenda-oficial no coinciden, el problema es qué condicionantes se
ponen frente a estas negociaciones. Y para mí, es la no aceptación
de ella, si no están presentes una serie de elementos, que llevarían
a plantear una mayor equidad, un sentido más horizontal.
Hoy en día hablar de socialismo es un poco audaz
¿La globalización es un proceso
inevitable?
Yo creo que la globalización es muy amplia,
eso es una suerte de retórica. Hay personas que hablan que la globalización
tiene su contracara en la mundialización, pero eso es un problema
semántico; en ese sentido, Seattle es también producto de
la globalización. El problema es, cómo se puede plantear
una agenda desde los pueblos, una situación distinta a la que hoy
día existe, por ejemplo a nivel de las grandes corporaciones. Ahora,
esa globalización impuesta por las multinacionales y administrada
por los Estados creo que no es inevitable.
¿A quién va dirigido el Libro?
Lo que nosotros planteamos en el libro es que ésto
no es solamente un ejercicio meramente intelectual, también lo es,
pero sobre todo intenta dar, mostrar un proceso que se está siguiendo
por diferentes organizaciones, en diferentes partes del mundo. En este
caso, a nivel continental y que tiene que ver con una propuesta frente
a la deuda externa, que es uno de los problemas importantes y claves de
los países latinoamericanos, tiene que ver con estrategias frente
a las regulaciones, a las desregulaciones de las inversiones; con una fiscalización
ambiental; en fin, un monitoreo a las empresas multinacionales. Que son
estrategias que se están planteando a nivel de distintas organizaciones
de Chile y fuera de Chile. El problema es, cómo estas estrategias
y propuestas se articulan; ya que el primer hecho que se puede constatar
es que existen propuestas; el segundo hecho es que estas propuestas no
están articuladas; y el tercer hecho, es que estas propuestas la
mayoría de las veces no son conocidas por el ciudadano medio. Es
un intento para revertir estas tres situaciones que hoy en día están
floreciendo en forma incipiente a nivel ciudadano frente al libre comercio.
De la lectura del libro se desprenden tres
propuestas: por un lado, los que están en contra de la globalización;
los que están por gobernar la globalización, vale decir,
hacer la globalización más humana; y como algunos funcionarios
de gobierno, que están absolutamente a favor del actual proceso
de globalización, vía con quien sea o con quien salga primero.
Pero no veo propuestas, en el campo de los que están en contra,
de alternativas de sustitución.
Hay propuestas a nivel internacional, como es el
impuesto Tobin, por el movimiento ATTAC a nivel internacional.
Pero la tasa Tobin, significa gravar las inversiones
especulativas, eso estaría dentro de la postura de gobernar la globalización.
Lo que pasa Astiel, es que yo creo que hoy en día,
no hay un proyecto global alternativo.
Yo no te pido que tu me des el pensamiento alternativo, te pregunto
si tu conoces...
Hay algunos que dicen que ese pensamiento global alternativo no va
a existir, por que ya existen otras formas de construir teorías.
Que es mediante las experiencias parciales y de ahí el pensamiento
complejo. Lo que tú estas planteando es un tema absolutamente clave,
por que hasta ahora el movimiento internacional contra el libre comercio,
que opone una suerte de globalización de distinto tipo, se ha visto
confrontado ante este falso dilema. Se plantea, o hacemos una crítica
radical de todos estos procesos o nos planteamos propuestas con los procesos
en curso. Yo creo que hoy en día, la globalización está
siendo manejada monopólicamente por empresas transnacionales, que
tienden a producir un estado de desregularización y caos económico
y exclusión, que hoy estamos viviendo; una mayor concentración
del capital, una mayor asimetría, no entre naciones, sino entre
los centros de poder y los que están excluídos. Creo que
en ese escenario, cualquier propuesta que se presente frente a este tema
es una propuesta subversiva.
Pareciera, como consecuencia del libro, que
la mayoría de las propuestas pasan por darle al Estado un rol más
activo.
Yo creo que el tema del rol de Estado en la globalización,
es un tema que está presente en el libro. Por otra parte, administrar
este proceso de privatización y trasnacionalización económica
ha sido bastante nefasto. Pero, nosotros ya no estamos nuevamente por un
Estado centralizado burocrático, que decidan al margen de la gente;
estamos por lo que dice Chavez: "democracia es participación". No
sé si es socialismo, hoy en día hablar de socialismo es un
poco audaz, sí socialismo democrático, que es lo que plantea
el PT brasileño.
¿En definitiva eso es humanizar la globalización
capitalista?
Yo creo que se le puede cambiar el carácter,
yendo de lleno al corazón de quiénes están negociando.
En ese sentido, el camino de las estrategias que se están planteando
y de las estrategias que hoy día existen en materia internacional,
tienen que ver con cómo nosotros vamos planteando una globalización
con rasgos distintos. Hoy día es imposible, por una correlación
de fuerzas que existen a nivel mundial, plantearse una situación
radicalmente distinta, cuando hay sectores empresariales a nivel multinacional,
que están dirigiendo los pasos a seguir, por Estados que son absolutamente
administradores, subsidiarios y por una sociedad civil ausente.
Coral, en América Latina se está
viviendo una etapa de convulsión. Lo que Petras llama el triángulo
insurrecto, integrado por Colombia, Venezuela y Ecuador, ¿no crees
que en estos países se está planteando alternativas, como
el caso específico de las FARC-EP? Y, por el contrario, es Chile
el país más atrasado de la región.
Yo creo que hay alternativas, pero éstas
son muy parciales, son muy sectoriales; y son bastante dramáticas
como en el caso de Ecuador, donde se llega al palacio de gobierno y después
no saben que cresta hacer con eso. Yo creo que lo que pasa en Colombia
es bastante dramático; celebro que las FARC tengan la voluntad de
plantearse en un proceso de diálogo, en la forma en que lo están
planteando, al revés de Centroamérica, donde algunos movimientos
no supieron poner condiciones y se perdieron. Ahora, yo creo que nuestra
izquierda a nivel endémico, uno de los vicios que ha tenido, es
sobre estimar estas respuestas. Pero indudablemente, lo que tu dices es
cierto, en Chile no solamente frente al libre comercio, pero también
frente al libre comercio, estamos muy atrás. Acá en Chile
pasa por recomponer una situación de desinformación y de
movimiento social absolutamente apático, las respuestas que se están
dando, pero que a nivel mayoritario, son que la gente se vaya a pasear
a los Mall los fines de semana y se endeuda hasta las masas.